San Miguel de Allende / Dolores Hidalgo C. I. N., Gto. 24 de abril del 2024.- En el dinámico y enriquecedor entorno del Sector 6 de Preescolar, adscrito a la región I de la Secretaría de Educación de Guanajuato (SEG), dos maestras destacan no solo por su entrega y compromiso, sino por el amor genuino que profesan hacia su loable labor como educadoras de preescolar.
Carmen Yesenia Licea Ceballos, del Jardín de Niños Guadalupe Victoria, en San Miguel de Allende; y Dulce María Cabrera Díaz, del Preescolar Gabriela Mistral, en el municipio de Dolores Hidalgo, encarnan la esencia de la vocación docente en su máxima expresión.
En el marco del Día de la Educadora y el Educador, estas dos mujeres apasionadas por su trabajo, coinciden en que lo mejor de trabajar con las y los más pequeños radica en la sorprendente interacción diaria que tienen con ellos. “Día a día descubren sus habilidades y nos enseñan a partir de ellas, a continuar esforzándonos, ser atentas y curiosas como ellos”, comparte con emoción la maestra Dulce.
Ambas educadoras son conscientes del papel fundamental que desempeñan en la formación integral de los niños y niñas que llegan a sus aulas. Para ellas, la palabra “no puedo” no tiene cabida en su vocabulario, ya que están comprometidas en fomentar un ambiente donde cada pequeño se sienta capaz de alcanzar cualquier meta que se proponga, cultivando la resiliencia y el espíritu de superación desde temprana edad.
“Es esencial que las y los docentes de preescolar continuemos defendiendo nuestra labor, siendo empáticos, innovando en nuestras prácticas educativas y revalorizando cada día nuestro trabajo”, enfatiza la maestra Carmen, destacando la importancia de seguir brindando experiencias de aprendizaje significativas que estimulen el desarrollo integral de los niños y niñas.
Entre risas y vivencias entrañables, estas educadoras recordaron anécdotas que han marcado su trayectoria en la educación. Desde los desafíos de comprender el lenguaje de los más pequeños hasta la admiración por el ingenio y la creatividad de sus alumnos para enfrentar cualquier situación, cada día es una aventura llena de aprendizaje mutuo.
“No olvidemos que el trabajo de nuestros niños es aprender y equivocarse, pero nuestra labor como docentes es hacerlos sentir felices y capaces en compañía de todos sus compañeros”, reflexiona Dulce, resaltando el valor de crear un ambiente de confianza y apoyo donde cada estudiante se sienta valorado y motivado a explorar el mundo que lo rodea.
En un mundo donde la educación es el cimiento de un futuro prometedor, Carmen y Dulce representan la esencia de la dedicación y el compromiso de miles de educadoras que, con amor y pasión, construyen día a día un mundo mejor para las generaciones venideras en Guanajuato.