México cuenta con la primera Clínica de Cirugía Perinatal de Alta Especialidad, donde las mujeres embarazadas sin seguridad social tienen acceso gratuito a procedimientos dentro del útero que permiten resolver complicaciones.
En conferencia de prensa, la jefa del Departamento de Medicina Materno Fetal, Sandra Acevedo Gallegos, informó que uno de los problemas es el síndrome de transfusión feto-fetal, que puede presentarse hasta en 15 por ciento de los embarazos gemelares que comparten la misma placenta; con la intervención, sobrevive más de 90 por ciento de los casos.
La cirugía perinatal también se aplica para corregir defectos fetales específicos como los del tubo neural, o las hernias diafragmáticas; en ambos casos, la intervención mejora la sobrevida y la respuesta al manejo quirúrgico definitivo al nacimiento.
Esta clínica, ubicada en el Instituto Nacional de Perinatología “Isidro Espinosa de los Reyes” (INPer) de la Secretaría de Salud, está equipada con tecnología de vanguardia a cargo de un grupo multidisciplinario de especialistas y subespecialistas.
Uno de los objetivos la clínica, subrayó Acevedo Gallegos, es reducir la morbilidad y mortalidad asociada al embarazo y el parto. En México ocurren anualmente poco más dos millones de nacimientos, de los cuales, nueve mil son gemelares que comparten una placenta única (idénticos), “con conexiones aberrantes vasculares entre uno y otro”, detalló.
De estos gemelos, de 12 a 20 por ciento presenta complicaciones y un porcentaje importante requiere intervención intrauterina para “cerrar con láser” las comunicaciones anormales y evitar la muerte de uno o de ambos gemelos.
En la Clínica de Embarazo Gemelar del INPer se evalúan diariamente entre cuatro y seis pacientes, a quienes se realiza vigilancia estrecha para detectar a tiempo algún problema y programar la intervención; sin embargo, en muchos de estos embarazos se detectan tardíamente las complicaciones neonatales, con el consecuente riesgo de muerte perinatal.
Asimismo, en México, entre uno y dos de cada mil personas recién nacidas vivas presentan un defecto de tubo neural, es decir, la falta de cierre de la columna vertebral, que deja secuelas a nivel del neurodesarrollo, por lo que la mayoría no puede caminar, presenta problemas para control de los esfínteres y requiere la colocación de sondas urinarias de por vida. Asimismo, deben recibir múltiples terapias de rehabilitación.
La intervención fetal tiene el objetivo de corregir el defecto y que la persona recién nacida no tenga necesidad de ser intervenida quirúrgicamente al nacimiento. También puede reducir la necesidad de colocación de una válvula intracraneal para disminuir el exceso de líquido cefalorraquídeo en el cerebro.
Otro problema que se puede presentar es la hernia del diafragma, en la que el músculo diafragmático tiene ausente una porción, lo que ocasiona que órganos abdominales se desplacen hacia el tórax y eviten que el pulmón se desarrolle adecuadamente.
Cuando el defecto es muy grande, el feto tiene pocas posibilidades de sobrevida al nacimiento; algunos son candidatos a la oclusión temporal de la tráquea fetal que ayuda al pulmón a expandirse y tener más posibilidades de vida luego de la reparación definitiva del defecto.
Indicó que el diagnóstico oportuno de ese tipo de malformaciones se traduce en aumento en la calidad de vida y la integración a la sociedad en igualdad de condiciones de las niñas y los niños.
La cirugía fetal es un procedimiento que se realiza dentro del útero; sin embargo, no todas las pacientes son candidatas a este tipo de intervención; “cada caso requiere evaluación previa que garantice que se va obtener un beneficio real para el bebé, la mamá y los proyectos de vida de las familias”, precisó.
La especialista informó que una de las patologías más frecuentes en los embarazos gemelares es el síndrome de transfusión feto-fetal, que es cuando ambos fetos comparten la misma placenta, lo que permite que uno de ellos envíe sangre al otro constantemente, produciendo efectos en ambos que ponen en riesgo su vida.
Acevedo Gallegos detalló que desde 1990, el INPer lleva a cabo procedimientos como amniocentes, transfusiones intrauterinas, colocación de catéteres fetales y biopsias de vellosidades transabdominales y endovaginales. Asimismo, en 2008 realizó la primera intervención de fotocoagulación en el país a nivel público y privado.
Quienes fueron intervenidos durante la etapa fetal en la Clínica de Cirugía Perinatal de Alta Especialidad, reciben seguimiento pediátrico y del neurodesarrollo. El Inper es una de las pocas instituciones donde se realiza el manejo integral del problema, que incluye diagnóstico, intervención en la vida fetal, atención del parto, neonatal y seguimiento del neurodesarrollo.
La coordinadora de la Clínica Materno Fetal del INPer, Yazmín Copado Mendoza, dio a conocer el caso de éxito de un embarazo gemelar de 16 semanas de gestación con síndrome de transfusión feto-fetal. Después de desarrollar el protocolo, la mujer gestante fue sometida a una intervención para separar la placenta.
La cirugía se realizó sin complicaciones; en la actualidad, los gemelos tienen un año y se encuentran en buen estado de salud.